Square Ventures lanzará en unos meses un medio de comunicación digital donde solo escribirán mujeres, con el objetivo de dar voz a quienes durante mucho tiempo han sido calladas. Abrimos el debate sin censura y con plena libertad, próximamente BIKINIBURKA. Hoy os compartimos uno de sus artículos.
HABLAR LO JUSTO Y NECESARIO.
Hoy quiero hablar de un tema que nada tiene ni de nuevo, ni de original ni de reciente. Este último adjetivo lo adquiere porque, aunque sí está a la orden del día, lleva ocurriendo con anterioridad, aunque no reciba la atención que merece.
Hoy quiero hablar de una cuestión que surge como consecuencia de otra que nos concierne a cada uno de nosotros. Pone en duda datos como una desigualdad laboral tan palpable como que, en promedio, la diferencia salarial entre hombres y mujeres sea de un 23% según la ONU. O que, según los datos difundidos por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), se hayan asesinado a 917 mujeres durante los últimos 14 años por violencia machista y a 23 niños por esta misma razón desde 2013. Y todo esto teniendo en cuenta que las cifras oficiales sólo consideran víctimas de violencia de género a las asesinadas por su pareja o expareja. Por lo que casos como el de Diana Quer, no se considera violencia machista por la ley española.
Hoy quiero hablar del flaco favor que se les hace a todas las mujeres que se han visto por su sexo menospreciadas, infravaloradas, poco reconocidas, agredidas o abusadas (en todas sus posibles interpretaciones) ciertas afirmaciones. Aparecen en periódicos y diversos medios y crean una gran repercusión social, como las del reconocido psicólogo clínico y autor de un libro que ha arrasado en ventas (“Doce reglas para la vida”), el canadiense Jordan B.Peterson. O columnas polémicas como la reciente “Ojo con la barra libre”, de Javier Marías.
Hoy quiero hablar del impacto que puede generar declarar que el movimiento #MeToo y otros “han establecido dos pseudoverdades: a) que las mujeres son siempre víctimas; b) que las mujeres nunca mienten” o frases como “dar crédito a las víctimas por el hecho de presentarse como tales es abrir la puerta a las venganzas, las calumnias y los ajustes de cuentas”. Joyitas como estas, salidas de la boca de un periodista tan reconocido como Marías, no sirven más que para desacreditar las palabras de tantas mujeres que han decidido denunciar situaciones en las que se ha abusado de ellas física o verbalmente.
Hoy quiero hablar del intento por parte de Peterson de querer negar un hecho evidente alegando que no existe “lo que llaman la brecha salarial “de género”. Es decir, una brecha fruto de un prejuicio machista””. Se busca a través de este tipo de publicaciones, igual que se hace con los niños cuando dicen “tonterías”, restarles importancia a las palabras dichas por mujeres. Mujeres que, con miedo a cuáles fueran sus consecuencias decidieron hablar para terminar con un infierno personal. Totalmente innecesario y más que injusto para ellas, quienes son víctimas y pasan a ser a ojos de muchos lectores culpables. He aquí el poder y la responsabilidad que tienen los medios de comunicación y parece que muchas veces olvidan que ejercen en la sociedad.
Hoy quiero hablar sobre lo inadmisible que es el intento de querer echar por tierra argumentos a favor de la igualdad en una sociedad en la que se vive diariamente el machismo, justificando que también existen casos de violencia hembrista. Se defienden replicando que también se pega a los hombres y se les humilla. Con esos razonamientos se busca poner a la misma altura una realidad que no es comparable. Echemos la vista atrás primero y miremos si comparten la misma historia hombres y mujeres. Los hechos han de valorarse siempre teniendo en cuenta los antecedentes. E incluso no hace falta basarse solo en el pasado. Se puede apreciar el castigo que continúan sufriendo muchas mujeres en diversas culturas, en mayor o menor medida.
Hoy quiero hablar sobre la posibilidad de que haya casos de denuncias de falso acoso sexual, hombres que serán acusados de actos violentos que no han cometido, mujeres que defiendan la desigualdad porque consideren que pueden salir beneficiadas…Por supuesto, siempre va a haber mentes retorcidas que de forma mezquina saquen partido de situaciones en las que hay víctimas. Siempre hay seres despreciables que encuentran una oportunidad ante circunstancias en las que en la mayoría de casos alguien está sufriendo realmente. Y esas personas no saben el daño que hacen a la salud social (o sí).
Con publicaciones en las que se cuestiona la verdad de la mujer, los autores se posicionan del lado de esas personas que se aprovechan de las desgracias de otros. Una vez se ve el impacto que tienen declaraciones, escritos y comentarios así, valorémoslo… ¿De verdad vale la pena hablar?
LAURA VAQUERO COLLADO, PERIODISTA & REDACTORA BIKINIBURKA